La rotura de las membranas se denomina comúnmente «romper la fuente».
Cuando las membranas se rompen, el líquido que hay en su interior y que rodea al feto (líquido amniótico) se expulsa por la vagina.
La cantidad de líquido expulsado varía desde un goteo hasta un chorro.
Tan pronto como las membranas se rompen, se debe acudir al ginecólogo.
Pocos problemas continúan siendo tan controversiales en la obstetricia como el manejo de la ruptura de membranas para ofrecer mejores posibilidades de supervivencia al prematuro.
Por lo general las membranas del saco que contiene el líquido amniótico se rompen durante el trabajo de parto, pero, en algunos casos, en embarazos normales, las membranas se rompen antes del trabajo de parto (rotura prematura).
La rotura prematura, aumenta el riesgo de problemas como:
Si la rotura prematura da lugar a un parto pretérmino, el recién nacido prematuro presenta un riesgo aumentado de lo siguiente: